Artículo seleccionado: Clarus Leung, Monica Tang, Walter E. Finkbeiner et al. Clinical and Biological Features of a Thickened Basement Membrane Zone in Asthma. Am J Respir Crit Care Med. 2025 Feb 25. doi: 10.1164/rccm.202408-1544OC. Online ahead of print.
Revisor: Dr. Carlos Cabrera. Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín. Las Palmas de Gran Canaria.
Palabras clave: membrana basal, engrosamiento, asma grave, biopsia bronquial
Resumen
Se trata de un trabajo desarrollado en el marco del programa SARP-3 (Severe Asthma Research Program) que aborda las características clínicas y biológicas de un subgrupo específico de pacientes asmáticos que presentan un engrosamiento de la membrana basal (BMZ) en biopsias bronquiales. Aunque este hallazgo histopatológico se ha observado previamente en multitud de estudios, se desconoce si este engrosamiento está asociado exclusivamente a asma con inflamación tipo 2 alta o si también aparecía en otros endotipos inflamatorios. Tampoco se sabe si su presencia conlleva una obstrucción reversible del flujo aéreo. El objetivo principal fue caracterizar este fenotipo BMZ-aumentado en pacientes asmáticos mediante una cuantificación sistemática de su espesor y analizar sus correlaciones clínicas e inmunológicas.
Para ello, se utilizó un enfoque basado en estereología aplicada a biopsias endobronquiales de 109 pacientes asmáticos y 41 controles sanos. Los participantes pertenecían al estudio multicéntrico SARP-3 y contaban con fenotipado clínico detallado, pruebas de función pulmonar (pre y post broncodilatador), medidas séricas de inmunoglobulina E (IgE) específica y total, y análisis transcriptómico de células epiteliales respiratorias obtenidas por cepillado bronquial. El protocolo incluyó una recogida estandarizada de muestras bajo sedación consciente, con procesamiento posterior para histología y secuenciación de ARN. Se definió como BMZ-aumentada aquel espesor que superaba el percentil 90 de la población control (≥2,9 µm), lo que permitió clasificar a los pacientes asmáticos en subgrupos con BMZ aumentado o normal. Se aplicaron modelos estadísticos ajustados para explorar asociaciones entre el espesor de la BMZ y variables clínicas, inmunológicas y moleculares.
Los resultados revelaron que el 35% de los pacientes asmáticos presentaban una BMZ engrosado. Este subgrupo mostró características diferenciadas: eran pacientes más jóvenes, con mayor número de eosinófilos en sangre, niveles elevados de IgE total y sensibilización específica a proteínas animales, particularmente de gato, perro y roedores. En términos funcionales, estos pacientes presentaban una obstrucción respiratoria más grave en la prueba basal de FEV1, pero con una respuesta broncodilatadora significativamente superior, lo que indicaba un aumento del tono broncomotor más que una obstrucción fija. A nivel molecular, se observó una clara expresión de genes asociados a inflamación tipo 2, en particular los inducidos por interleucina-13 (IL-13), como POSTN, SERPINB2 y CLCA1, así como una sobreexpresión de genes de mastocitos (TPSAB1 y CPA3), todo lo cual respalda la hipótesis de que la BMZ engrosada es un marcador estructural del asma tipo 2. En cambio, no se evidenció expresión aumentada de genes relacionados con inflamación tipo 1 (interferón gamma) o tipo 3 (interleucina 17), ni relación con parámetros de disfunción metabólica.
En conjunto, el estudio concluye que el engrosamiento de la BMZ no es un hallazgo inespecífico, sino un marcador patológico distintivo del asma tipo 2 en pacientes jóvenes y atópicos. Además, se relaciona con una obstrucción reversible del flujo aéreo atribuible a una mayor activación mastocitaria y acción de mediadores como histamina o leucotrienos. Estos hallazgos podrían tener implicaciones clínicas relevantes, tanto en el diagnóstico fenotípico del asma como en el diseño de estrategias terapéuticas dirigidas a este subgrupo específico.
Comentario
El engrosamiento de la ZMB es uno de los rasgos más habituales en los enfermos asmáticos con inflamación de tipo 2. Cabe recordar que este tipo de inflamación es la que está presente en más del 80% de los asmas graves. En este estudio no tratan de unir el aumento de la membrana basal con la inflamación tipo 2, sino con la reversibilidad y la capacidad de broncodilatación en pacientes que presentan ya signos claros de remodelado. En el trabajo encuentran una relación positiva, con los pacientes con ZMB aumentada presentando unos valores de FEV1 pre-broncodilatador más bajos, lo que indica una mayor obstrucción del flujo de aire, pero con una respuesta máxima al albuterol significativamente mayor que el grupo con ZMB normal, consiguiendo valores de FEV1 post-broncodilatador similares entre los dos grupos al alcanzar la máxima broncodilatación. Esto sugiere que la obstrucción del flujo de aire en pacientes con ZMB engrosada está más relacionada con el aumento del tono broncomotor que con una restricción mecánica directa causada por el ligero aumento del grosor de la MBZ.
También es interesante como a mayor nivel de inflamación tipo 2, mayor engrosamiento de la MBZ, siendo estos datos consistentes con los otros estudios y con plausibilidad clínica. Es un estudio que tampoco está exento de limitaciones, como muy bien expresan en el artículo. Por ejemplo, la población de pacientes con asma que se sometieron a broncoscopia en el SARP-3 era en general más joven y tenía un índice de masa corporal más bajo que la población general del SARP-3, lo que podría influir en la interpretación de los resultados. También advierten que la naturaleza transversal de algunos análisis no permite establecer relaciones causales directas.
Este trabajo permite comprender la importancia del engrosamiento de la MBZ en cuanto al remodelado y a la capacidad de alcanzar la broncodilatación completa. Muestra además que este engrosamiento depende más de la inflamación que del tiempo de diagnóstico de asma (teniendo en cuenta la limitación de la edad mencionada anteriormente), lo cual arroja luz en cuanto a la definición del remodelado bronquial.