Asociación entre el uso de inhibidores de la bomba de protones y el riesgo de asma bronquial en niños

Asociación entre el uso de inhibidores de la bomba de protones y el riesgo de asma bronquial en niños

Association Between Proton Pump Inhibitor Use and Risk of Asthma in Children

Autores

Wang YH, Wintzell V, Ludvigsson JF, Svanström H, Pasternak B. JAMA Pediatrics Original Investigation, publicado en línea, 8 de febrero de 2021

Palabras clave: asma bronquial, reflujo gastroesofágico, inhibidores de la bomba de protones

Revisora

Dra. Marta Ferrer Galván
Servicio de Neumología. Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla.

 

Resumen

El uso de inhibidores de la bomba de protones (IBP) ha aumentado en la población pediátrica en los últimos años. Al mismo tiempo, ha crecido la preocupación por saber si este tratamiento aumenta el riesgo de asma.

Para investigar la asociación real entre los IBP y el riesgo de asma, se diseñó en Suecia un estudio de cohorte en el que, de enero de 2007 a diciembre de 2016, se incluyó un total de 80.870 pares de pacientes de 17 años o menores emparejados por edad y comorbilidades, de los cuales unos iniciaron tratamiento con IBP y otros no.

Se realizó un seguimiento a 3 años. Se objetivó que quienes iniciaban tratamiento con IBP tenían una incidencia de episodios de asma mayor (21,8 eventos por 1 000 personas-año) en comparación con los que no lo iniciaron (14,0 eventos por 1 000 personas-año), con una hazard ratio (HR) de 1,57 (IC: 95%, 1,49-1,64). El riesgo de asma fue significativamente mayor en todos los grupos de edad, y mayor en el grupo de 6 meses a 2 años, 1,91 (IC 95 %, 1,65-2,22) respecto al grupo de menos de 6 meses de edad con un HR de 1,83 (IC 95%, 1,65-2,03) (p < 0,001).

El análisis de la HR para los diferente tipos de IBP fue de 1,64 (IC 95%, 1,50-1,79) para esomeprazol, 1,49 (IC 95%, 1,25-1,78) para lansoprazol, 1,43 (IC 95 %, 1,35-1,51) para omeprazol y 2,33 (IC 95%, 1,3-4,18) para pantoprazol.

En conclusión, los IBP deberían ser prescritos solo en los casos claramente indicados y sopesando la relación entre riesgo y beneficio.

 

Comentario

La relación entre el asma y los inhibidores de la bomba de protones (IBP) es controvertida. Por un lado, la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es una causa frecuente de tos crónica, provoca síntomas de asma y, en los pacientes con diagnóstico de asma, es causa de mal control de la enfermedad. Las microaspiraciones de contenido gástrico en las vías aéreas y alveolos, provocan una estimulación de los receptores del tracto respiratorio inferior y contribuyen a la inflamación crónica y al daño de la membrana alveolocapilar. De todos, el tratamiento más extendido y el que se utiliza como tratamiento de primera línea son los inhibidores de la bomba de protones (IBP). Muchos estudios han evaluado y confirmado la eficacia del tratamiento con IBP en pacientes con tos crónica y en asmáticos.

Lo que se plantea en este artículo es si en pacientes sin antecedentes de asma el uso de IBP puede aumentar el riesgo de asma. El motivo de este supuesto no es bien conocido, probablemente el uso de IBP pueda alterar el microbioma intestinal y pulmonar por la inhibición de la secreción de ácido gástrico y esta disbiosis provoque brotes de asma.

Al igual que en la población pediátrica, en la población adulta también hay estudios de cohortes de reciente publicación que demuestran un aumento de la incidencia de asma 1,58 veces mayor en la cohorte con IBP que en la cohorte que no usa IBP (13,3 vs 8,4 por 1 000 personas-año), con un ajuste de HR de 1,76 (IC 95%, 1,64-1,88).

Es necesario realizar más estudios que confirmen esta observación y analizar si el efecto observado es debido al tratamiento o al propio reflujo gastroesofágico. Por otro lado, habría que valorar si el efecto es diferente con otros tratamientos usados también para la ERGE (IBP, antagonistas del receptor de histamina 2, procinéticos…).

 

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