Subtipos de eosinófilos en pacientes asmáticos y con EPOC

Subtipos de eosinófilos en pacientes asmáticos y con EPOC

Eosinophil Sub-types in Asthmatic and COPD Patients 

Autores: Carlos Cabrera López, Alejandra Sánchez Santos, Angelina Lemes Castellano, Sara Cazorla Rivero, Joaquín Breña Atienza, Enrique González Dávila, Bartolomé Celli, Ciro Casanova Macario.

Referencia: AJRCCM Articles in Press. Published April 18, 2023 as 10.1164/rccm.202301-0149OC.

Palabras clave: eosinófilos, asma, EPOC.

 

Resumen 

Los eosinófilos juegan un papel importante en el asma. Son la célula fundamental en la inflamación bronquial y secretan citocinas inflamatorias que perpetúan los mecanismos T2. Su número está relacionado con la gravedad del asma y hay varias terapias disponibles que o bien actúan disminuyendo su número inhibiendo la IL5 o promoviendo su apoptosis. Los subtipos de eosinófilos han empezado a estudiarse hace poco y sus diferencias y funcionalismo no está del todo definido. Estudiar los eosinófilos exclusivamente en la población asmática muestra una parte incompleta del espectro. La comparación entre los eosinófilos de enfermos asmáticos y EPOC o sujetos sanos puede arrojar mayor luz para entender el comportamiento de esta célula en las enfermedades mediadas por IL5 y las que no están mediadas por esta citocina.  

En este estudio se recogen 4 grupos de 10 sujetos cada uno: asmáticos, EPOC, fumadores sin EPOC y asmáticos. Los grupos de enfermos asmáticos y EPOC están igualados en edad, función pulmonar y sexo. Posteriormente, para validar los resultados, se reclutan más sujetos EPOC y asmáticos (59 y 17 respectivamente). Lo que se mide es la expresión de las proteínas de superficie de los eosinófilos, en concreto, el receptor de IL5, IL3, CD62L y el CD 11b. Estas mediciones se realizan por citometría de flujo y posteriormente se validan por microscopía confocal.  

Los resultados del estudio muestran cómo, en los enfermos asmáticos, existen dos tipos bien diferenciados de eosinófilos (apodados eosinófilos inflamatorios (iEos) y residentes (rEos)), con unos iEos con una media del 25.3 ± 15 por ciento, mientras que el resto de los grupos no llegan al 1%, teniendo el 99% de rEos.  

Uno de los resultados más interesantes es cómo la proporción de iEos es independiente del número de eosinófilos totales en sangre. En este caso se observan sujetos con cuentas totales de 250 cel/mcl que alcanzan un 40% de iEos. Esto difiere de los enfermos con EPOC que, aunque tengan más de 500 eosinófilos por microlitro, no presentan iEos mayores al 1%. Todos los resultados fueron validados en las cohortes mostrando los mismos resultados. 

Comentario
  

Este trabajo muestra claramente las diferencias que podemos encontrar en los subtipos de eosinófilos en los sujetos asmáticos y cómo estos difieren claramente del resto de poblaciones.  

Esta investigación abre la puerta a especulaciones que podrían explicar hallazgos de estudios previos. Como ejemplo, la diferencia entre los niveles de eosinófilos vistos en sangre y tejido de muchos sujetos asmáticos (y en otras patologías eosinofílicas) puede explicarse por la migración de la totalidad de los iEos al sitio de inflamación. En estos casos, en sangre puede existir una cuenta total de eosinófilos baja, cuando alrededor de la mitad de estas células irían directamente al tejido inflamado (llenándolo progresivamente) y el resto se distribuirían de forma habitual por los distintos órganos del cuerpo (intestino, timo, útero etcétera). También explica las diferencias en la importancia fisiopatológica de estas células entre dos enfermedades respiratorias que las utilizan como biomarcadores (asma y EPOC). En EPOC, los fármacos anti IL5 o anti receptor de Il5 no han demostrado efectividad. Esto podría deberse a que, aunque los enfermos con EPOC tengan más de 300 o 400 eosinófilos por microlitro, la población que migra a pulmón es escasa (no tienen iEos) y es bien controlada con las dosis bajas de esteroides inhalados usadas en esa patología.  

Sin embargo, este estudio también abre muchísimas preguntas. ¿Se comportan de igual forma los dos subtipos de eosinófilos? ¿Los valores en sangre se relacionan con la presencia de los mismos eosinófilos en la vía aérea? ¿Tienen diferencias genéticas los diferentes subtipos de eosinófilos? ¿Sirven como marcador de eficacia en la elección de los anticuerpos monoclonales? ¿Se relaciona el número de iEos con la gravedad de la enfermedad? 

Se precisan de muchos más trabajos que sean capaces de ir dando respuesta a estas preguntas. No obstante, estamos ante una interesantísima línea de investigación que podría explicar muchos fenómenos vistos previamente.

 

Foto de Sincerely Media en Unsplash.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *