Danger in the vapor? ECMO for adolescents with status asthmaticus after vaping

Danger in the vapor? ECMO for adolescents with status asthmaticus after vaping

Danger in the vapor? ECMO for adolescents with status asthmaticus after vaping

Artículo seleccionado:

Bradford LE, Rebuli ME, Ring BJ, Jaspers I, Clement KC, Loughlin CE.
J Asthma. 2019;27:1-5. doi: 10.1080/02770903.2019.1643361


Tema:
El vapeo como desencadenante de agudizaciones de asma de riesgo vital

Revisor:

Dra. Sandra Dorado Arenas.
Servicio de Neumología. Hospital Universitario de Galdakao-Usansolo. Galdakao (Bizkaia)

 

Resumen

Este artículo refleja el peligro de la moda en expansión de los cigarros electrónicos en pacientes asmáticos y describe dos casos clínicos. Los sistemas electrónicos de liberación de nicotina empezaron a comercializarse en el año 2006-2007. Desde entonces, su uso se ha incrementado, mientras que el del tabaco habitual ha descendido entre 2011 y 2018. Esta tendencia se reproduce también en la edad adolescente, predominantemente gracias a la atractiva variedad de sabores para vapear y al marketing centrado en los jóvenes. Además, su uso parece más frecuente entre los adolescentes asmáticos que en los no asmáticos. Como sabemos, muchos de los efectos a largo plazo de estos dispositivos en pacientes con enfermedades respiratorias no se conocen aún. No obstante, existe evidencia de que los líquidos empleados en estos dispositivos pueden alterar la inflamación de la vía aérea y la función celular. Bayly y colaboradores ya han objetivado que los jóvenes asmáticos expuestos de manera pasiva a los cigarros electrónicos presentan también mayor riesgo de agudizaciones asmáticas.

El artículo relata dos casos de adolescentes asmáticos con historia de uso de estos dispositivos que han presentado agudizaciones asmáticas de riesgo vital e incluso han precisado la utilización de ECMO (oxigenación por membrana extracorpórea) venovenosa.

El primer caso es el de un varón de 16 años con asma persistente grave, obesidad y rinitis alérgica sin hospitalizaciones previas por asma. El uso del cigarro electrónico era habitual por parte del propio paciente y también por parte de su madre en el domicilio familiar. El deterioro clínico había comenzado 3 días antes del ingreso, mientras que el distrés respiratorio se había iniciado abruptamente 1 hora antes de llegar al servicio de urgencias, presentando un empeoramiento rápido y requiriendo intubación por fallo respiratorio hipercápnico, a pesar de lo cual continuó empeorando y precisó la ECMO durante 5 días. Radiológicamente, se objetivó neumomediastino sin condensaciones. Precisó así un ingreso hospitalario de 18 días, en 9 de los cuales requirió ventilación mecánica. Aunque la enfermería le proporcionó una educación formal al alta, el paciente ha continuado vapeando y ha presentado 6 agudizaciones asmáticas de atención hospitalaria a pesar de buena adherencia al tratamiento farmacológico.

El segundo caso es el de una mujer de 14 años de edad que acudió al servicio de urgencias también en distrés respiratorio. Anteriormente había estado con escalón terapéutico 5 de la GEMA, pero en los últimos 2 años estaba sin tratamiento de mantenimiento. Igualmente presentaba historia personal activa y pasiva de exposición en domicilio a cigarros electrónicos. Durante 1 o 2 semanas previas a la hospitalización presentaba síntomas diarios y sobreuso de SABA. A pesar de tratamiento intravenoso y ventilación mecánica no invasiva, el distrés respiratorio no mejoró, por lo que precisó ventilación mecánica invasiva durante 8 días y ECMO durante 6 días. Radiológicamente se objetivó neumomediastino y opacidad de lóbulo inferior izquierdo (probablemente atelectasia). Tras el alta, ha presentado otro ingreso hospitalario. Se desconoce su exposición actual a los cigarros electrónicos.

Comentario

A pesar de tratarse de 2 casos clínicos aislados con posible falta de información clínica (frecuencia de exposición a los cigarros electrónicos, tipo de dispositivo, tiempo de revisión posterior en el que se cuantifican las agudizaciones, adherencia al tratamiento en el momento del episodio, grado de control detallado previo, etc.), sí que es muy relevante el mensaje de precaución y aviso del uso de estos dispositivos modernos y muy populares entre los jóvenes y adolescentes, añadiéndose además la propia dificultad del control del asma a esta edad por mala adherencia al tratamiento farmacológico, infrapercepción y negación de síntomas, sobreuso de medicación de rescate, etc. No es posible determinar que el vapeo sea su causa directa, pero muy probablemente ha constituido un efecto favorecedor.

Desde hace décadas se conoce el empeoramiento del asma a causa de la exposición al tabaco. Sin embargo, los efectos de los cigarros electrónicos en el asma todavía no han sido bien estudiados por su reciente aparición. Estos casos hacen reflexionar acerca de otro desencadenante de mal control de asma, incluso provocando asma de riesgo vital en 2 adolescentes que en los años previos habían estado bien controlados sin hospitalizaciones. Ambos presentaron un distrés respiratorio muy agudo precisando tanto ventilación mecánica invasiva como ECMO (algo extremadamente aislado en la patología asmática) por refractariedad al tratamiento administrado.

Asimismo, parece que no solo está implicado el uso directo de estos dispositivos, sino también la exposición pasiva. Por tanto, en el caso de los adolescentes, diana del marketing de estos dispositivos, debemos tener en cuenta que hay que educar acerca de estos dispositivos al igual que lo hacemos con el tabaco habitual, incluso hay que deshabituar, si es preciso, tanto a los propios adolescentes como a los familiares que puedan utilizarlos sin conocer el daño potencial de los mismos. Por tanto, en el periodo de transición de la asistencia pediátrica a la adulta, debemos tener un especial cuidado en este tema en pacientes asmáticos adolescentes e impedir la pérdida de seguimiento que se da frecuentemente a esta edad.

Conocemos que la SEPAR ha emitido diversos comunicados que alertan sobre el uso de estos dispositivos. No obstante, se han intentado comercializar como elementos facilitadores para lograr la abstención tabáquica, aún sabiendo que la evidencia científica es contraria. A posteriori, a nivel social se han popularizado entre los más jóvenes, pues se han publicitado como algo atrayente (dispositivos coloridos, personalizados y tecnológicos, más de 15.000 sabores a elegir…) y no dañino, en numerosas ocasiones aprovechando promociones en eventos sociales organizados para la juventud (fiestas, conciertos, festivales…). Muchos de estos aromatizantes son irritantes y tóxicos para la vía aérea: benzaldehído, cinamaldehído, diacetil (presente en más del 60% de los líquidos de estos dispositivos y relacionado con la aparición de bronquiolitis obliterante), alcanfor, propilenglicol, etc. En los últimos meses, la prensa se ha hecho eco de fallecimientos causados por estos dispositivos, por lo que, en este sentido, los profesionales sanitarios neumológicos debemos continuar fomentando la investigación tanto básica (etiopatogenia) como clínica (patologías incidentes). Así daremos a conocer la evidencia científica a la población general e impediremos que la publicidad engañosa provoque un empleo progresivo de los cigarros electrónicos y que en un plazo de tiempo más o menos prolongado encontremos los efectos indeseados en nuestros pacientes neumológicos y, especialmente, en pacientes asmáticos jóvenes, que presentarían un asma más grave, incluso de riesgo vital, peor controlada y con agudizaciones graves. Posiblemente estemos en los inicios de la época del “tabaco futurista” en la que puede crearse la misma dependencia que en su día provocó el tabaco y con el mismo desconocimiento de los potenciales daños que había décadas atrás…

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